Adriana Romano es una conocida corondina que hace más de tres décadas es proteccionista de animales y prácticamente dedica su vida a que 81 perros estén bien en todos los aspectos. Sin embargo, la situación económica en general ha llevado a que los gastos crezcan y por eso busca en colaboradores y en la población en general, una ayuda esporádica o permanente, ya que no existen beneficios fijos del Estado por esta actividad.
“Hay 81 perritos, de 11 años hasta uno de 18, a veces no sabemos muy bien la edad, al ser rescatados de la calle. De esos 81, 50 son viejitos” contó Romano, quien detalló por ejemplo: “Tengo hasta con sueros, con medicación por convulsiones, una toma cannabis y valeriana, un solo remedio sale 60 mil pesos. Tengo 4 perritos con medicamentos cardíacos. Un galgo viejo, rescatado, venía a comer y se quedó, fue usado para correr carreras, está marcado a un costado, hace dos años lo tenemos, y no camina más, mi hija se encarga, es grandote, quedó cuadripléjico, quizás por las drogas que le aplicaron. Lo movemos, come, pelea, pero no camina. Usa pañales”.
En cuanto al presupuesto para mantener a tantos perros, la proteccionista explicó que “la ayuda que recibo es de la gente, tengo socios, estamos organizando una rifa por la cual me dan 80.000 pesos por diez meses, todo suma en esta casa. Y donaciones de la gente que me da para comprar comida, me los dejan más barato al alimento cuando compro. O colchones, sábanas, frazadas, siempre hace falta porque son destrozones” y en cuanto a “gasto de alimentos, de gas, agua, luz, si no tuviera estos animalitos no gastaría tanto. Más los elementos de limpieza. No menos de 900 mil pesos mensuales sale hacer andar esto. De mínima”.
Romano dijo luego que “cada tanto nos da una ayuda el Senador Leonardo Diana, nos llegan 4 bolsas de harina de maíz, de 25 kilos, 15 bolsas de balanceado, del chiquito para los abuelos. Y ni hablemos de veterinarios… Siempre hay alguno enfermo. Hace más de 30 años que estoy con los pichichos, empecé porque me daba pena en ese momento ver el abandono que había. Yo paso por al lado de un animal y me quiero morir cuando lo veo en mal estado. Cachorros no podemos tener por las enfermedades, y los abuelos me dan pena, porque es poca la gente que quiere hacerse cargo de uno viejito, lo cuidamos hasta que no esté más, es lo más lindo que hay” y como si fuera poco agregó que “tengo ciegos, amputados, todo tipo de diagnósticos”.
En esta especialidad de dedicarse a los perros más adultos, Romano manifestó que “tengo a Chicho o Chichito, rescatado de la bajada de Barrio La Cuarta, tiene 18 años, tiene un tumor muy grande, se descompone, le hacemos buscapina, va y viene, y arranca otra vez. Come sólo pollo…” y “también tuve un pequinés, había muerto la familia y quedó en la calle. Iba al hospital, yo trabajaba ahí, mientras yo estaba él dormía debajo de mi escritorio, tenía 22 años. Hasta que me lo traje. Hace dos años se murió Pepino, que tenía 19 años”.
Está claro que esta actividad demanda mucho tiempo de ocupación: “Y sí… Hace años que con mi hija Jorgelina no nos tomamos una semana libre, o de irnos a algún lado”.
Finalmente, la proteccionista reflexionó sobre la actualidad en la cual se le ha dado tanto al perro como al gato, más que el rol de mascota, el de familiares: “La gente se ha humanizado un poco más, hay muchos abandonos, con la pandemia, la gente se aferró a los animales, aunque igual después muchos fueron dejados de lado. Se está tomando más conciencia, el problema cuando adoptan un animalito para el nene, por un capricho, es un ser vivo, fue creado por Dios y por algo lo fue. Ojalá que se humanicen más. Nos dicen, el perro es perro. Pero no… es una de las compañías más fieles. No está mal humanizar un poco a los bichos, ojalá la gente aprendiera a no maltratar y a ser como ellos”.
Para quienes quieran o puedan dar una mano con lo que hace Adriana, su hija y su colaboradora, estos son los alias para ayudas: parte.tramo.cisne o bien embudo.aunar.sapa.mp. y el teléfono de contacto es +54 9 3425 09-3893.