Este 25 de Mayo la Patria cumplirá 210 años de historia al recordarse la Revolución de 1810, un hito que fue transformando a nuestro territorio hasta que se conformó la Nación Argentina.
Sin dudas que la gran postal es el Cabildo, con los paraguas, el mal tiempo y los notables reunidos dentro del edificio porteño.
Y justamente, ya que hablamos de Cabildo, Coronda tuvo el propio durante muchos años, emulando en parte a aquel de Buenos Aires y encuentra en 1889 un año donde ambos tuvieron situaciones clave en sus funcionamientos.
El Cabildo de Buenos Aires
En 1711 la Corona autorizó a que se realizara una construcción más sólida a la existente desde el Siglo XVI. Después de rechazar en 1722 un proyecto del ingeniero Domingo Petrarca, por considerarlo demasiado costoso, el 23 de julio de 1725 comienza la construcción del nuevo edificio, según planos de los arquitectos jesuitas Giovanni Battista Primoli y Andrés Blanqui.
Inicialmente la planta realizada por Primoli tenía forma de una «u» constituida por una suma de habitaciones, aunque a Blanqui le tocó el diseño de la parte más notoria: la fachada. Siendo Blanqui de origen lombardo, de acuerdo con los estudios llevados en el s. XX por Dalmasio Sobrón- la arquitectura de la fachada está más relacionada con el barroco de Lombardía, en donde tuvo vigencia una tradición manierista, que con el típico de España.
Por otra parte Blanqui estaba más inspirado por tratadistas italianos del s. XVI como Palladio, Serlio y Vignola; es por eso que, pese a ser un edificio bastante austero, para el Cabildo porteño Blanqui hizo uso del arco albertiano por el cual se retoma el motivo del arco triunfal romano con la peculiaridad que en el Cabildo se le utiliza superpuesto en dos plantas: en el centro de la galería superior que da al balcón y en el centro de la galería inferior.
La construcción se vio postergada con la partida de los arquitectos a la ciudad de Córdoba en 1728 en donde se dedicarían a la prosecución de las obras de la Catedral de dicha ciudad. Los trabajos en el Cabildo porteño se reiniciaron en 1731, a cargo de los maestros albañiles Miguel Acosta y Julián Preciado. En agosto de 1731 se reiniciaron las obras que nuevamente se suspendieron en 1732 por falta de presupuesto. Así, el edificio fue entregado para su uso hacia 1740.
En 1748, un conjunto de carpinteros y herreros encabezados por Diego Cardoso dotó de puertas y rejas al Cabildo, y ante la pobreza del Ayuntamiento, se les llegó a pagar por su trabajo con barras de chocolate. En octubre de 1763 fue comprado en Cádiz un reloj para instalar en la torre del edificio, que con sus campanadas se destacaría en la tranquila ciudad, hasta que en 1770 el gobernador Bucarelli ordenó que dejase de sonar. En 1765, se dio por terminada la torre del Cabildo, y en 1767 se amplió la cárcel hacia los fondos del terreno, pudiendo recién entonces separar a hombres de mujeres. Después de los sucesos de la Revolución de Mayo, de los cuales el Cabildo fue epicentro, este organismo fue disuelto en 1821, y a partir del año siguiente comenzaron a funcionar en el edificio fueros civiles.
Durante las siguientes décadas el Cabildo se mantuvo sin mayores modificaciones, hasta que en 1889 al construirse la Avenida de Mayo, el ingeniero Juan Antonio Buschiazzo tuvo que demoler un costado del Cabildo, con lo cual desaparecieron los tres arcos del lado norte. Se aprovechó la oportunidad para demoler la torre construida por Benoit, pues su excesivo peso ponía en peligro la estabilidad de la construcción. De esta manera el edificio perdió su simetría frontal, hasta que en agosto de 1931, siendo presidente de facto José Félix de Uriburu, se demolieron los otros tres arcos del lado sur para abrir la diagonal Julio A. Roca, a pesar de las protestas generalizadas.
El Cabildo de Coronda
Mencionábamos que el año 1889 es una intersección histórica entre ambas construcciones, una ubicada en la ya capital nacional ciudad de Buenos Aires y otra en un pueblo que en ese momento hacía seis años que era ciudad, y que perdió esa categoría en 1900. El 26 de Octubre de 1883 por primera vez en su historia Coronda era declarada ciudad y en enero del año siguiente era electo el primer intendente: don José Bautista López.
En 1865 –cinco años después del nacimiento de la figura política de Municipalidad- y ante las crecientes necesidades de la administración pública corondina, el superior Gobierno de la Provincia de Santa Fe, que encabezaba Don Nicasio Oroño, justamente oriundo de Coronda, por ley dictada el 11 de septiembre de aquel año, dispuso la suma de $6.000 fuertes destinados a la construcción de un edificio, que debería dar cabida a los distintos organismos corondinos de la faz pública. Realizada la licitación, la misma fue ganada por el ingeniero santafesino Don Jonás Larguía, quien realizó la obra de acuerdo con la propuesta, siendo entregada al gobierno provincial en 1867.
No es un dato menor que en esos años Coronda adquiría notable importancia por haber sido una de las cuatro cabeceras fundadoras de la provincia junto al Pago de los Arroyos –Rosario-, San José del Rincón y Santa Fe de la Vera Cruz.
A fines de 1888, durante la gobernación del Doctor José Gálvez, se llamó a licitación para construir en el mismo lugar otro edificio, que más tarde los habitantes denominaron “El Cabildo de Coronda”, porque casualmente en este palacio se ubicarían las oficinas de la Municipalidad, que recordaba la actuación de los antiguos cabildos coloniales. A principios de 1889 se adjudicó la construcción del Cabildo al ingeniero francés M. Gabriel Giraudón.
El Cabildo de Coronda se construyó sobre el antiguo edificio que mandó a levantar el gobernador Nicasio Oroño en 1867. Una de las personas que más contribuyó con este edificio fue el jefe político Don Pedro Larrechea, fundador de la vecina localidad que lleva su apellido.
La inauguración del Cabildo se llevó a cabo el 25 de diciembre de 1889 –cuando simultáneamente el Cabildo porteño era cortado literalmente-, con una fiesta memorable. En la oportunidad, asistieron el gobernador de la provincia, con todos sus miembros y personalidades de los más altos estratos sociales de la época, que llegaron a esta ciudad en un tren especialmente fletado desde Santa Fe.
Con el correr del tiempo, el crecimiento de las reparticiones, la construcción de la Municipalidad y, especialmente, la creación de la Jefatura de Policía del departamento San Jerónimo, hoy Unidad Regional XV, se incrementó su numerario en efectivos y dependencias y fue absorbiendo poco a poco las comodidades del edificio, hasta que en 1977 el Cabildo corondino quedó en su totalidad destinado a la Policía.
Eso sí, durante mucho tiempo no hubo prolijidad en las modificaciones edilicias de la Jefatura, por lo que los parches que se hicieron para dotar de más espacios al viejo cabildo fueron una verdadera afrenta a la arquitectura original del edificio que tuvo un reloj propio y que hace unos diez años también intentaron poner a restaurar y funcionar.
Coronda es una ciudad histórica y sin dudas hay muchas historias como éstas que valen la pena ser contadas. En vísperas del 25 de Mayo, sepamos con orgullo que nosotros también ostentamos un Cabildo que, 131 años después, sigue en pie y cumpliendo funciones.
Fuentes: Historia de Coronda – Diario El Litoral – Periódico Corondino impreso