El otro día alguien dijo que los Bomberos Voluntarios llegaron tarde al incendio de las maquinarias municipales. Lo cual no es mentira pero sucede que hay algunos detalles a tener en cuenta.
Son voluntarios. Sirven a la comunidad como el policía, el guardiacárcel, el policía de seguridad vial, el inspector municipal, el prefecto, el enfermero, el ambulanciero… pero gratis. Y lo hacen con las mismas ganas como mínimo, que todos los demás.
Algún legislador debería proponer que en toda convocatoria laboral del Estado -al menos- los bomberos voluntarios con un tiempo determinado de servicio tengan «prioridad uno» para conseguir el empleo.
Hay tantas sumas de dinero que se destinaron a quienes no las merecían o no las necesitaban. Usos de fondos del Estado tan polémicos como rayanos con la corrupción, que es difícil creer que todavía los Bomberos sigan siendo voluntarios.
Pero lo son, y en Coronda hay unos 35. Y cuentan historias a diario que los embellecen como seres humanos. Y tienen traumas por ver cosas horribles en accidentes de tránsito. O se ahogan casi hasta el desmayo por el humo de los incendios. Y en otros lados mueren en una explosión o cuando se les da vuelta una autobomba… gratis.
El bombero y la bombera dirán: «Lo hacemos porque lo sentimos», y eso no está en dudas.
Por eso, antes de criticar a un bombero porque demora en llegar a un escenario complicado, hay que tener en cuenta los siguientes aspectos: al no ser zapadores por ejemplo, o sea, no ser asalariados, los bomberos de Coronda mantienen guardias pasivas. Cuando hay un llamado, los servidores salen de sus casas, van hasta el cuartel, llegan, se cambian, ponen en marcha el o los vehículos, arrancan, cruzan todo un casco urbano y van hasta los lugares de incendio o accidente. La demora es lógica y razonable.
Encima, el día de la quema de las dos maquinarias municipales un vehículo mal estacionado evitó que pudiera doblar la autobomba y tuvo que hacer 400 metros de más para tomar hacia el norte y volver desde Oroño por la cortada Arocena en contramano.
Y no sólo eso. Como muestra, un botón. Uno de los voluntarios salió en su moto con su hija pequeña, la llevó hasta lo de sus abuelos donde la cuidaran y de ahí se fue a todo lo que daba al cuartel. Puso en riesgo a su propia beba sólo por cumplir con su deber…
Historias como éstas hay decenas. Pequeños grandes actos heroicos aparecen todos los días, el tema es que no se conocen o no los quieren difundir porque también la humildad es parte de ser un buen bombero.
Este sábado por ejemplo, hubo incendio de pastizales en el Km. 114 de la Autopista, incendio de campo en la Ruta 11 Km. 428, y como si fuera poco un foco ígneo de grandes dimensiones en Sauce Viejo que requirió la presencia de Coronda, con 12 horas de trabajo con 5 cuarteles y varias casas y galpones salvados gracias a su accionar… voluntario.
Que dejen de lado sus vidas familiares, sus novias, sus amigos, sus padres, sus hijos, para ir hacia un riesgo cierto, para salvar una vivienda, para rescatar a una persona atrapada o hasta para verla morir de todos modos pese a los esfuerzos, eso es heroico y valorable.
Por eso, cuando vea pasar a un camión lleno de Bomberos bríndesle un aplauso, aliéntelos con un grito, hágales saber que los apoya, que los acompaña, que los respalda, que rezará por su bienestar… Entonces ya no será tan gratuito un servicio fundamental como el de los Bomberos que increíblemente, en los tiempos que corren, sigue siendo «a voluntad».
Por Juan Peratitis