El Departamento Ejecutivo Municipal desalentó completamente las reuniones familiares en casas particulares para celebrar el Día del Amigo y confirmó que los encuentros deberán circunscribirse a bares y restaurantes hasta las 24.
A partir de ese momento comenzarán los controles y chequeos policiales para evitar que los festejos se vayan de las manos.
«Hay dos cuestiones: las reuniones afectivas están prohibidas en domicilios y los bares están habilitados como en todos los lugares, en horarios habituales, recomendamos que se tomen todos los recaudos en las concurrencias» indicó el Sec. de Gobierno, Prof. José Luis Bianchi.
Recordemos que el Decreto Provincial N° 474 estableció la reglamentación para la apertura de bares y restaurantes, en el marco de la pandemia por coronavirus en Fase 4, que es la que transita Coronda actualmente. La jornada de hoy se torna excepcional.
«Incluyendo delivery y take away con apertura a las 11 y cierre a las 24 con turnos anticipados en el caso de servicio de mesa».
«Establécese para la totalidad del territorio provincial las condiciones de procedencia de la excepción al ‘aislamiento social, preventivo y obligatorio’ y la ‘prohibición de circular’ para la actividad de bares y restaurantes, dispuesta por la Decisión Administrativa N° 968/20 de la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación, en los términos que a continuación se consignan»
«a) con modalidad de reserva previa, garantizando el debido distanciamiento social entre los asistentes, los que deberán concurrir por sus propios medios, pudiendo ocuparse simultáneamente y de manera inicial hasta un máximo del 30% de la capacidad de los locales; la ampliación de la ocupación del local podrá establecerse hasta un máximo del 50%»;
«b) arbitrando medidas para desinfectar el calzado de los asistentes; y la limpieza y desinfección de las superficies y objetos de uso frecuente, antes de la apertura, periódicamente durante el horario en el que las instalaciones permanezcan abiertas y al cierre».
«c) uso obligatorio de manera correcta por parte del personal del establecimiento de los elementos de protección que cubran nariz, boca y mentón, conforme a lo dispuesto por el Decreto N° 0347/20»;
«d) llevando un registro diario de los asistentes en los distintos horarios»;
«e) con la obligación de cada establecimiento, previo a la apertura al público, de presentar al Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social un protocolo particular que garantice las medidas de distanciamiento, protección y cuidados».
Un invento argentino
Enrique Febbraro fue odontólogo, psicólogo, escritor, profesor y músico, entre otras tantas ocupaciones. Incluso, llegó a ser candidato, en dos oportunidades, al Premio Nobel de la Paz. Había nacido en la ciudad de Buenos Aires y por muchos años residió en Lomas de Zamora, donde tenía su consultorio. Enviudó en dos oportunidades, tuvo dos hijos y cuatro nietos.
Como tantas millones de personas en todo el mundo, el 20 de julio de 1969 Febbraro estaba pegado a la pantalla de los viejos televisores que, en blanco y negro, mostraban las primeras imágenes del Apolo XI y el increíble fenómeno de los astronautas caminando sobre suelo lunar. Ahí mismo, según relató en diversas oportunidades, tuvo la idea de promover el 20 de julio como el Día del Amigo. Partía del concepto que la amistad era la máxima virtud por el desinterés que llevaba implícito.
Y así fue como decidió mandar un millar de cartas a destinatrios de todo el mundo donde explicaba que había vivido el alunizaje como un gesto de amistad de la humanidad hacia el universo y que estaba convencido que un pueblo de amigos se transformaría en una nación imbatible.
Decía que todo el planeta estaba pendiente de los tres astronautas. “Fuimos sus amigos y ellos, amigos del universo”. Cerca de setecientas personas respondieron a su iniciativa. Su sueño estaba en marcha.
En 1972 registró su idea en el registro de la propiedad intelectual, que donaría al Rotary Club, del que era miembro. En Lomas de Zamora fue declarado vecino ilustre y gracias a él ese partido fue declarado formalmente Capital Provincial de la Amistad.
“Un amigo no da consejos, ayuda, acompaña”, destaca el Rotary Club del que Enrique Febbraro era un socio activo. “Mi amigo es mi maestro, mi discípulo y mi condiscípulo. El me enseña, yo le enseño. Ambos aprendemos y juntos vamos recorriendo el camino de la vida, creciendo. Sólo el que te ama te ayuda a crecer”.
Febbraro falleció el 4 de noviembre de 2008. Y además de ser despedido en su ciudad natal como “un vecino ilustre”, todo un país lo recuerda año tras año en este fecha como un “gran amigo”.