Este domingo, sabiendo la gente que la Costanera estaba vedada para ser visitada masivamente, que iba a haber operativos de control, y que el centro no tenía negocios abiertos y que sólo servía para la famosa «vueltita por Coronda» dentro de vehículos, muchos, sin ponerse de acuerdo, coincidieron en un lugar que venía siendo ofrecido sutilmente: el Arroyo Colastiné a la altura del desvío del Camino al Cementerio.
Es que a partir de que el cacique corondá Claudio Ñañe mostrara la cascada, hasta el Diario El Litoral mandó su drone para filmar esa belleza natural. Pero claro, con el encierro decretado, era un riesgo ir a visitarlo.
Cuando se liberó un poco el andar de la gente, se ve que muchos tenían ganas de conocer el sitio porque, increíblemente, este domingo se calcula que entre 200 y 300 personas estuvieron todas juntas en un momento pico, a la siesta, en el famoso arroyo nunca explotado debidamente como recurso turístico, ya que por su parecido a los cursos de agua cordobeses, hubiera sido un verdadero boom. Pero eso es otra cosa.
La cuestión es que, estando todavía en emergencia, más del 50% de los asistentes no tenía cubre bocas, la distancia era corta entre la gente y había muchos niños. Está bien, en Coronda no hubo casos y será difícil que exista alguno salvo que alguien venga de otro lado enfermo con coronavirus. Pero en Formosa y en Villa Ocampo pensaban igual y hoy están paranoicos y con el virus circulando por sus calles.
Es difícil ir contra la ansiedad de la gente, y más cuando de libertades de movimiento se trata, pero también podría darse que, para ordenar la cosa, las autoridades podrían anunciar que «pueden ir por la Costanera hoy sábado, las familias cuyo titular empiece de la A a la H» por tirar una idea que bien puede pulirse. Mientras este mal va surcando sus últimos ataques, suponemos.
Al respecto, según informó oficialmente la policía: «A las 18 aproximadamente de la víspera -domingo- se tomó conocimiento de la existencia de una gran aglomeración de personas en el Arroyo Colastiné incumpliendo con el Decreto de Necesidad y Urgencia. Inmediatamente se constituyeron en el lugar inspectores municipales y personal de Comando Radioeléctrico a fines de realizar las diligencias correspondientes, donde se procedió a contabilizar la suma aproximada de 50 vehículos y más de cien personas entre mayores de edad y menores, dando intervención al Fiscal en turno disponiendo se les solicite a las personas que se retiren del lugar, a lo cual accedieron sin oponer reparo alguno».
De todas maneras, sabemos que minutos después los teléfonos de funcionarios municipales se cargaron de quejas, algunas subidas de tono y que entre la gente que fue encontrada en el Colastiné había un jefe policial que fue apercibido -como mínimo- por no dar el ejemplo.
Esperemos que pronto vuelva la normalidad, los psicólogos aseguran una y otra vez que las ansiedades han crecido porcentual y exponencialmente más que el dólar… Y las enfermedades psicológicas están de fiesta. De todos modos, ante esto, habrá que estar atentos a que la única forma de que Coronda sufra un caso en su propio territorio sería con alguien que venga desde una zona de alto contagio o con alguien que vaya a un sitio con casos y pegue la vuelta… No es fácil parar todo, nunca pudo hacerse en un 100%, pero estamos parados en una realidad para la cual nadie estaba preparado.
También seamos sinceros: muchas de las cosas que fueron habilitándose paulatinamente, jamás dejamos de practicarlas, con más o con menos sigilosidad, al menos las que no necesitaban un lugar público o una aglomeración masiva de personas.
Puede pasar que haya algún caso, pero también podría no ocurrir, como hasta ahora. Las autoridades son responsables, pero nosotros también, armados de un poco más de paciencia y a la espera de que en setiembre cuando mucho, esta sea una anécdota y un hecho para sentirnos bien como comunidad.