Si hay una institución que le puso «garra» a su crecimiento, esa fue el Jardín de Infantes N° 93, bautizada como Amanda Arias de Clotet, por una directora galvense y avanzada en métodos educativos que egresó de la Escuela Normal de Coronda.
El 12 de Agosto de 1985 en una casa hoy de una familia particular, ubicada en la subida de calle San Jerónimo al 1000, más precisamente 1017, María Sampaolessi de Bagilet y un grupo de entusiastas maestras jardineras, le comenzaban a dar una vida que ya lleva 35 años al Jardín.
En ese primer momento fue con tres secciones de la Escuela María M. Gervassoni, dos de la Escuela Manuel Gaete y una de la Escuela Dr. Simón de Iriondo las que confluyeron en una misma entidad.
Pasó el tiempo, luego la institución se mudó adonde hoy está la fiscalía, en Juan de Garay al 1600, frente al correo, y desde ahí empezó un anhelo que tuvo una doble concreción: el edificio propio.
Tras gestiones nacionales y provinciales, con marchas, viajes, fundamentos, papeleo a más no poder, la profesora Nora Reinheimer y unas luchadoras dignas de las Cruzadas de la antigüedad, se lanzaron a todo dar para intentar una casa propia. Y se consiguieron dos, una en Coronel Rodríguez 1770 y la otra en Juan de Garay y Moreno, ubicación del viejo galpón municipal, lugar que fue donado por el Club de Leones de Coronda a través de la Fundación Internacional.
Hoy, con una matrícula cada vez más creciente y un año realmente irregular, el Jardín igualmente recuerda con orgullo los 35 años de su nacimiento.
«Y nuestro jardín no quedó ajeno a la pandemia, hoy sus puertas están cerradas, él está en silencio, sus juegos guardados y las risas de los peques tampoco se oyen. Hoy es tu cumple y no lo podemos festejar como quisiéramos, con mucho ruido, con paredes coloridas, muchos juegos y algarabía» cuenta la seño Adriana Merlo.
Sin embargo, con el orgullo de las amazonas que dejaron todo para educar a aquellos niños que hoy tienen treinta y pico, que consiguieron no uno, sino dos edificios propios, con el sentido de pertenencia de siempre y el legado que dejaron las que abrieron las primeras puertas hacia los pequeños, nos da gusto saludar a un Jardín de Infantes repleto -en la normalidad- de seres humanos pequeños pero defendida por almas gigantes que han sabido moldear un ejemplo de educación, contención, amor y servicio.
Felices 35 años, de parte de Periódico Corondino Web.