Cuando algo puede salir mal, sale mal. Lo que muchos creen que es ser mejores, superiores, intimidantes aprovechándose de los defectos del otro puede volverse en contra. Karma le llaman.
Quizás en otra oportunidad hubiera pasado desapercibido o hubiera quedado dentro de la cancha nomás, pero en este clima de sensibilidad y extrema susceptibilidad por el bullying tan presente, la discriminación, la violencia reinante en la Liga Santafesina, en Inferiores y en primera sobre todo de manera exacerbada contra los árbitros, ha potenciado este hecho.
En Por Amor Al Deporte publicamos el fin de semana que Guido Farías, el 11 de General Belgrano, denunció en sus redes sociales que un jugador de Vecinal Gálvez de Sauce Viejo le gritó en el medio del partido del sábado «Gangoso», en relación a su problema de dicción y de labio leporino que le generó más de 20 intervenciones quirúrgicas en sus 30 años de vida.
Este grito en medio del campo de juego de Barrio Stratta detonó una serie de reacciones y quizás traiga consecuencias.
Más allá de que el jugador es intenso dentro del campo de juego, hay límites que no corresponde sobrepasar. Que Marcela, la madre de Farías, se largue a llorar detrás del alambrado mientras le gritaban eso a su hijo, fue la activación del recuerdo de todo lo que ella luchó para que hoy el muchacho tenga una vida normal.
Aire de Santa Fe, y Luis Mino, entrevistaron durante gran parte de Ahora Vengo, en la FM del periodista corondino, a Guido quien contó lo que le pasó y recibió todo tipo de respaldo, incluso de gente del club de Sauce Viejo que se sintieron avergonzados por lo sucedido. Y sobre todo de madres que han luchado contra problemas de salud de este tipo de sus hijos que no sólo eran enfermedades, sino objetos de burla. La empatía con la mamá del jugador -que también salió al aire- y el caso del wing corondino fue inmediata.
El presidente de la Liga Santafesina Leónidas Bonaveri prometió al aire acciones que pueden ser correctivas o sancionatorias hacia el jugador que cometió un error pero en el contexto y de la manera en la que se dio, no quedó ahí como tantas otras burlas e insultos hay dentro de las canchas liguistas.
De hecho, dos integrantes del cuerpo técnico de la Vecinal fueron expulsados por Jonatan Troncoso por excesos verbales, la mayoría dirigidos a Jorge Monteodorisio a quien le gritaban vehementemente «p…» cada vez que tocaba la pelota, enojados porque desde su experiencia y picardía hablaba al árbitro y trataba de sacar ventaja para su equipo. Estuvimos presentes en la cancha el sábado así que somos testigos de eso.
Cómo habrá sido la repercusión de la entrevista con el jugador rojo, que la Ministra de Diversidad de la Provincia, Flor Marinaro, se comunicó y prometió acciones de oficio con la Secretaría de Deportes para buscar una solución al problema de la discriminación dentro de la práctica deportiva y con el INADI para buscarle una vuelta que pueda generar a partir de este caso, una corrección a tanta violencia y crueldad verbal.
EL DESCARGO
El Club Vecinal Manuel Gálvez publicó lo siguiente en sus redes: «En cuanto al jugador acusado de nuestra Institución, queremos informar que fue citado por la Comisión Directiva para conversar sobre lo sucedido junto con el cuerpo técnico y el capitán del equipo».
«Nos comentan que fue un partido complicado, que estuvo detenido en varias oportunidades por peleas entre jugadores y árbitros, con muchas agresiones físicas y verbales».
«Frente a los reiterados insultos que recibía de parte de los jugadores y de la tribuna, reaccionó impulsivamente diciéndole cosas indebidas al jugador Guido Farias, dándose cuenta al instante de su error pidiendo las disculpas pertinentes».
«También nos comentó que recibió insultos en alusión a la operación que tuvo en su pie, motivo por el cual tuvo que dejar de jugar al fútbol en forma profesional».
«Cabe destacar que la autoridad del encuentro no realizó ningún informe al respecto, no se sancionaron con tarjetas los participantes del hecho, alegando que no escuchó lo que se dijeron dentro de la cancha».
«Desde la Institución vamos a aplicar el Reglamento Disciplinario Interno para sancionar la reacción de nuestro jugador y esperando que estas situaciones no vuelvan a suceder» finaliza el comunicado.
Finalmente, no se trata de lapidar al jugador porque no es el único que comete este tipo de situaciones, pero sí hacer un poderoso llamado a la reflexión de quienes de aquí en más quieran pasarse de vivos rompiendo no las piernas de sus rivales, sino su cabeza y su ánimo para sacar ventaja en un partido que sólo debería ser una rivalidad circunstancial entre 11 personas con una misma camiseta, contra otros 11 con la misma casaca.