Bajo Resolución 1052/2024 el Intendente Municipal Ricardo Ramírez hizo entrega al Cura Párroco Presb. Sergio Capoccetti del aporte en subsidio por el monto de 1 millón de pesos destinados a las refacciones de la Parroquia San Jerónimo que se están haciendo por cumplir 275 años de la erección canónica del primer templo en Coronda y la creación del curato.
El aporte fue gestionado por el Intendente ante la Vicegobernadora Lic. Gisela Scaglia. Recordemos que se está acomodando el frente que está en muy mal estado su mampostería y revoque, mientras que la idea es pintarlo de un color homogéneo buscando la tonalidad que tenía en sus orígenes.
LOS 275 AÑOS NO SON DE ESTA PARROQUIA
La Parroquia San Jerónimo fue erigida el 29 de setiembre de 1837, esa fecha corresponde al templo que conocemos actualmente. Sin embargo, antes, el 30 de setiembre de 1749, hubo un acontecimiento por el cual la iglesia local cumplirá 275 años. Este es el resumen que lo acredita:“A la hipótesis de una despoblación absoluta de Coronda en 1724 hay que enfrentar los datos concretos de unos pobladores que eran activos integrantes de las milicias: con motivo de una expedición de castigo a los indios del valle, tenemos una lista bastante precisa de los 45 hombres que componen la Compañía de Coronda en 1728. Como se ha mostrado en otro trabajo, muchos de ellos coinciden con las listas de propietarios y ganaderos del padrón de 1738. En 1746 se decidió erigir nuevamente un fuerte en Coronda y en 1749 el Teniente de Gobernador celebraba ya la recuperación de más de 24 leguas con exitoso asentamiento de “un crecido número de vecinos”. El cabildo, además, pidió un teniente de cura pero, con base en la capilla preexistente, el obispado erigió una parroquia, recortando el nuevo curato rural del de Santa Fe y acompañando de este modo el nuevo intento de repoblación”.
“El valor performativo de las agencias eclesiásticas sobre la producción del territorio corondino se percibe en 1749: el cabildo solicitó la designación en el pago de un teniente de cura, pero el obispado – en cambio – resolvió erigir un nuevo curato. Sin embargo, no lo desagregó jurisdiccionalmente del otro curato rural preexistente creado apenas unos años antes (el de los Arroyos, de 1730) sino del territorio que estaba bajo la jurisdicción de la iglesia matriz, es decir, del curato rectoral de Santa Fe”.
“El titular de uno de los dos beneficios eclesiásticos anejos a la jurisdicción parroquial santafesina era Antonio de Oroño, quien oficiaba allí como párroco de naturales y como juez vicario. Este fue el clérigo designado por el cabildo eclesiástico para instituir al nuevo párroco en la cercana población rural. En setiembre de 1749 había marchado a la campaña “…llevando en su compañía al Mtro. Dn. Manuel Rodríguez al Pago de Coronda con altar portátil y lo demás necesario para celebrar los divinos oficios y administrar los Stos. Sacramentos”. Ya en el lugar, escogió el sitio “más decente para la celebración del Sto. Sacrificio de la Misa”: el fuerte de San Gerónimo. Erigió el altar en el cuartel e improvisando una capilla convocó a “toda la vecindad del dho. Partido” y “en concurso de toda la feligresía que asistió el dÍa de Santa Rosa de Lyma a oír misa” se leyó y fue aceptado el título de cura y vicario juez eclesiástico al Dr. Manuel Rodríguez”.
“La parroquia, entonces, fue puesta a cargo de Manuel Rodríguez, quien habitó un rancho situado al este de la iglesia, e inició su libro de bautismos el 30 de setiembre de 1749”.
“El maestro Rodríguez había obtenido por concurso el primer beneficio curado instituido para erigir la parroquia de Coronda. En su relación de méritos constaba que era un hombre de campaña: listó sus salidas a la frontera “en seguimto. de los Indios Barbaros Abipones y Mocobíes” en tiempos del teniente de gobernador Francisco de Echagüe y Andía. Conocía el camino de la carrera eclesiástica, que parece haberle sido advertido por alguno de sus parientes más cercanos. Era sobrino de Pedro Rodríguez – a quien mentaba como “mi tío el Sr. Arzediano de la Ciudad de Córdoba” –que, además, había sido juez eclesiástico, párroco, procurador de la ciudad de Santa Fe ante el gobernador Miguel de Salcedo para defender el privilegio de puerto preciso, cura en Jujuy, chantre y arcediano en la diócesis de Córdoba y, en varias oportunidades, se había presentado en concursos para acceder a canonjías. También había actuado en las campañas punitivas contra los indios en la frontera norte. Este tío le había allanado el camino permitiéndole hacer sus primeras prácticas del oficio en la Matriz y, animándolo con su ejemplo, le hizo saber que el servicio en la frontera podía fructificar en la carrera eclesiástica”.
“En efecto, cuando el vicario eclesiástico de Santa Fe Antonio de Oroño labró la certificación de méritos amplió el expediente castrense de Rodríguez, certificó su actuación con la tropa como capellán. La condición fronteriza y la experiencia de los curas en áreas rurales fue uno de los caracteres específicos que signaron la distribución del clero santafesino en el siglo XVIII y la organización parroquial de la vida eclesiástica y religiosa”.
Fuente: Gobiernos y territorialidades: Coronda, de caserío a curato (Santa Fe, Gobernación y Obispado de Buenos Aires, 1660-1749) Darío G. Barriera et Miriam S. Moriconi.