Dos agentes penitenciarios corondinos recibieron la pena de 2 años y 6 meses de prisión condicional por el robo de cinco kilos de azúcar, doce paquetes de yerba, veintiséis botellas de aceite, cinco cajas de leche en polvo, 21 paquetes de fideos, bolsas y ocho kilos de carne cruda congelada.
Ambos, además, quedaron inhabilitados de forma perpetua para integrar las fuerzas de seguridad por lo cual habrían sido exonerados del SP.
La pena fue la consecuencia de un acuerdo entre la defensa y el fiscal José Luis Caterina. El procedimiento abreviado luego fue homologado por el juez Rodolfo Zavala.
Los condenados también deberán donar 10 cajas de leche de forma mensual y por el término de un año a un merendero de la localidad de Coronda, de donde son oriundos citó Rosario3 en su web.
LOS ACONTECIMIENTOS
El hecho tuvo lugar poco antes de las 6 de la mañana del miércoles 19 de enero, en la Unidad 5, cuando dos penitenciarios de 38 y 33 años, ambos con domicilio en la ciudad de Coronda, fueron sorprendidos al intentar sacar en una Chevrolet Meriva, una importante cantidad de mercadería de la cárcel.
Tras el hallazgo, se dio intervención a Asuntos Internos Penitenciarios y a la Unidad de Investigación y Flagrancia en turno, a cargo del fiscal José Luis Caterina.
El fiscal Caterina indicó que los penitenciarios “revisten en la categoría de maestranza, pero que tenían acceso a economato, a la cocina y al casino de oficiales”. Además, indicó que la mercadería estaba almacenada en la sección economato del complejo penitenciario ubicado en Bvd. 27 de Febrero al 7900.
“La intención de ellos (por los penitenciarios) era cargar el auto y salir del penal sin tener nada encima, tratando de sacar el auto un poco antes del horario de salida oficial. Esa mercadería no pertenecía a ningún familiar de los presos alojados. Eran productos comprados por el Estado”, dijo el fiscal.
Caterina señaló también que “a raíz de ausencias de personal en el establecimiento penitenciario por razones del covid, estos empleados tenían acceso amplio a distintas dependencias justamente por la falta de empleados. Así accedían al economato, a la cocina y demás sectores. En el penal hay controles de la mercadería, pero evidentemente esta gente conocía cómo eran esos mecanismos e iban separando los productos sabiendo cómo podían eludir los chequeos”, terminó diciendo.