La isla es un lugar común para el 80% o más de los hombres de Coronda y no pocas mujeres. Históricamente ha sido un sitio considerado de ensueño en el cual los fines de semana largos sobre todo, pero cualquier momento que se prestase, se convierte en ideal para visitar y disfrutar.
Lugar de esparcimiento y relax, entre nuestras costas y las de Diamante no son pocos los denominados «ranchos» de corondinos que se han construido al mejor estilo cabañas y bungalows.
En este sentido, el docente Gabriel Ramis -junto a otros amigos- ha iniciado una campaña de concienciación teniendo en cuenta que mucha gente, lamentablemente, de la que va a acampar, pasear, pescar o cazar a las islas, es altamente desaprensiva, con poca higiene y destructora de la naturaleza.
Por eso es que Ramis preparó carteles que fueron colocados en el rancho «Guadahilos» -nombre en honor a los trabajadores telegrafistas de la primera mitad del siglo XX que hacían base en las islas para comunicar a Coronda y Diamante- en los cuales insta a no matar especies innecesariamente, no dejar basura tirada y no causar daños en los lugares donde le toque quedarse.
Indudablemente esto debería replicarse en todos los sectores ocupados en el bello y amplio sector isleño -cuya laguna Coronda es uno de los reservorios de aves más grande de Argentina- tanto para visitantes como para dueños, como para que la naturaleza siga reinando.