Una vez más el grupo corondino La Docena se lució y dio una clase de carisma arriba del escenario montado frente a la ex Escuela Normal. La única duda que quedó flotando en el fuerte viento dominguero fue qué hubiera pasado si volvían a tocar en la Avenida Costanera con el marco que lo hicieron en 2022.
Porque el espectáculo no dejó detalle librado al azar. Música folclórica de todos los estilos y gustos, más moderna o más ortodoxa, con canciones que saben todos de memoria y ya son himnos y con aquellas que fueron más bonitas quizás pero menos explosivas.
Durante más de una hora Pablo Marioni, Maxi Ricca, Andrés Alarcón, Fede Ripani más Johny Andino y Rodri Zárate se pusieron la música al hombro y le dieron con todo a los instrumentos para divertir y en un momento particular también para emocionar.
Fue entonces cuando apareció Pipo Rodríguez contando y enumerando hacia atrás en el tiempo a Las Serenatas Corondinas, Juventud Corondina, Los Corondá, Los Isleros, Jilgueros del Norte, Dúo Corondinos, Los Costeros, Los Chaná Timbó, Miguel Zeballos, Quique Núñez, Juan C. Samaniego, Coco Yacaré Zeballos, Jorge Sordo Arolfo, Waldo Zeballos El Zorzal, Chango Rodríguez, Raúl Peralta, Gustavo Arolfo, Fito Mosqueda, Amancio Ibarra, Cachito Hereñú y Moro Ocampo. Pipo destacó “el místico sentimiento de felicidad que nos da la música”.
Nombres que fueron rematados con un invitado especialísimo: el gringo, animador, locutor y periodista Alfredo Ceballos quien con su particular y amigable voz nos metió a todos en la máquina del tiempo con sus introducciones hacia algunos de esos personajes y sus más conocidas canciones que La Docena tocó en vivo a manera de homenajes en pentagrama.
“Estamos recordando aquellos festivales, aquellos personajes, los juglares de esta tierra de tradiciones patriarcales como decía Eudocio Giménez. Algunas guitarras en el cielo siguen sonando”. Y así fueron pasando canciones de Justo Valdivieso autor de un himno de Coronda, de Chango Rodríguez que en Costa Azul improvisó con Sandro y fue a Cosquín al escenario mayor, de los recordados Chajacitos Lemaire, de aquel “adolescente que metió todo en un bagayo de sueños, para que el universo comenzara a premiar su perseverancia” como es Diego Arolfo, a su tío Gustavo que causó mucha emoción verlo en el video de la pantalla gigante cantar al unísono con los chicos de La Docena. “Una zamba que anda buscándote querido guitarrero y cantor”.
Luego vino la participación especial de Cristian Anghilante, director del Coro Polifónico, y el momento del cierre, el bis loco que puso en escena otros ritmos y hasta el famoso “Muchachos”. Los recuerdos y agradecimientos encabezados por Ana María Cerliani, quien hace poco nos dejó pero fue un hada madrina para La Docena.
El grupo cuenta con un gran equipo, ya que Ale Marioni tiene a cargo la dirección y coordinación de escenario, David Taborda es asistente técnico de piso, Nico Finochietti se encargo del s9onido y la técnica y son bailarines los talentosos Priscila Ramazotto, Fabi Oronao, Cristian Cáceres y Tiago Fernández.
La Docena lo hizo de nuevo, son doce por supuesto y los tienen bien puestos.