Mario Ignacio Bollero tiene 24 años, hijo de docentes, como lo son Carolina Márquez y Mario Bollero. Actualmente es guardavidas y está realizando un duro perfeccionamiento en Brasil.
Al respecto, el joven contó que “desde muy chico cuando viajaba con mis padres a la costa argentina, veía a los guardavidas hacer rescates y siempre me quedaba impresionado con la velocidad con la que llegaban a las víctimas, de cómo veían ocurrencias en la playa que las otras personas no veían, y el momento en que sacaban a la víctima del mar y todos los miraban con admiración, ya que hacían algo que la mayoría no podía, esas y otras cosas, son las que me hicieron querer ser guardavidas y es algo que siempre tuve presente que iba a hacer; además siempre me gustó mucho el mar gracias a mi papá que me hacía entrar en lo profundo para nadar con él y creo que gracias a eso, hoy no tengo miedo de meterme cuando el mar está peligroso, sino que al ver las olas cada vez más grandes, es cuando más ganas de entrar al mar tengo. Para mi es todo un desafío”.
Viajó a Brasil, donde está residiendo actualmente: “Cuando estaba terminando el curso de guardavidas en Argentina, nos encontrábamos en Pinamar que es un viaje que se realiza finalizando el curso para aprender a hacer rescates en el mar, conocer las distintas corrientes que tiene y adquirir experiencia en otro lugar al que no estamos acostumbrados para luego estar preparados en caso de querer trabajar allí; un guardavidas nos comentó de este curso, la exigencia que tenía por ser con guardavidas y bomberos militares, y que luego de realizarlo y trabajar en Brasil, te abría la oportunidad de poder trabajar en Portugal, lo que me motivó y me hizo pensar en que estaría bueno hacerlo no solo por el conocimiento y experiencia que te daba, sino también por las puertas que me abría”.
Consciente de lo que está haciendo, con planificación de su vida plena, y con el apoyo de su familia, continuará en el país carioca, pero de manera temporal, ya que “mi idea en este momento es terminar el curso y trabajar esta temporada acá, para luego volver a Argentina para terminar mis estudios y comenzar una nueva carrera universitaria, me gustaría mucho también el poder llevar estos nuevos conocimientos a la Argentina en la siguiente temporada, ya que en Brasil tienen elementos y formas diferentes de trabajar y creo que sería muy bueno y oportuno transmitir, brindar lo aprendido acá ya que contaré con una formación de alto nivel”.
La posibilidad de trabajar en Santa Catarina, donde está radicado actualmente Bollero, tiene sus protocolos. “Es cuatro días de trabajo por uno libre, en temporada, donde se trabajan 12 horas -dentro de esas 12 horas tenemos horarios para almorzar y para entrenar, lo cual es obligatorio- de 7 a 19 horas, todo esto dependiendo de la disponibilidad de plazas y guardavidas, ya que puede variar si hay muchos, lo que dará más días libres o como se le llama acá “folgas”, para que todos puedan trabajar” y aclaró que “el llamado para trabajar acá, se rige por antigüedad y por puntaje, es decir que primero llaman a los más antiguos que ya realizaron el curso y han trabajado en temporadas anteriores, y luego a los últimos en realizar el curso, donde primero llaman a los promedios más altos de las evaluaciones que se realizan la última semana del curso y luego van llamando de forma descendente”.
El joven habló sobre las formas de trabajo en el mar especialmente. “En este lugar se hace un gran hincapié en realizar una buena prevención, es decir, nuestro trabajo no es sólo el rescate en el agua, sino que debemos prevenir que ocurra esta situación, estar siempre atentos a las personas dentro y fuera del agua, por ejemplo, cuando llega un grupo muy grande como una excursión escolar a la playa, acercarnos y hablar con los tutores y los niños, informarles cómo se encuentra el mar, si es seguro o no nadar, donde es conveniente entrar al agua y donde se encuentran las corrientes de retorno, que son las corrientes que retroceden desde la costa hacia el mar” y “sinceramente por lo que he visto hasta el momento no cambiaría o modificaría el protocolo del cuidado de las personas acá, porque me parece muy bueno” en tanto que “no puedo hablar de Argentina porque no he trabajado en ninguna playa, por lo que no tengo un gran conocimiento de la forma de trabajo allí” aunque sí tuvo una experiencia en el ámbito privado, en pileta, durante 2024, en la ciudad de Santa Fe.
Finalmente, el guardavidas corondino explicó que “uno de los objetivos que tengo a futuro en esta profesión es el día de mañana cuando haya terminado mis estudios, recorrer otros países siendo guardavidas y de esta manera poder sumar más conocimientos y experiencias, ya que en todos los lugares el mar es diferente y se trabaja con otros tipos de elementos y técnicas de rescate” y aclaró que “no es fácil salir de mi zona de confort, pero debo pensar en mi futuro, esto obviamente conlleva a dejar mi lugar de origen y radicarme en otros sitios. Aquí es donde más fuerte debo estar porque si bien esto es muy importante también tengo sentimientos encontrados. Sé que con el acompañamiento de mi familia voy a lograr mi gran anhelo y objetivo”.