Juan Pablo Rivero, principal acusado de la muerte de Emiliano Arri, se refirió a través de una carta a lo ocurrido en la primera audiencia del juicio oral que busca sentencias para 4 corondinos por el hecho acaecido el 24 de Setiembre de 2017 en el boliche On Club, de Gálvez.
Al respecto, y a través de su hermana, la periodista Verónica Rivero, «Pali», como es conocido, refirió lo siguiente: «Hoy viví la injusticia en carne propia vestida de lindos trajes, por un lado jueces rechazando apelaciones hablando como si estuvieran leyendo el diario o las noticias, mientras uno sentía que le metían puñaladas en el pecho, con una mezcla de angustia y bronca ante tan aberrante acto, con total impunidad, ningún gesto en sus caras y ni una pizca de remordimiento» arrancó su alocución.
«Por otro lado vi como cuatro señores abogados de renombre planteaban a estos tres jueces que son Octavio Silva, Héctor Gabriel Candioti y Leandro Lazzarini y no sólo previo a la audiencia por escrito mediante recursos de apelación, sino que también se manifestaron imponentemente en sus propias caras, objetando cómo iban a comenzar con un juicio en el cual todavía no estaban la totalidad de las pruebas y pericias, y que también faltaba resolver la situación de un imputado el cual fue eximido del juicio».
Ante esta «curiosidad», el corondino relató: «¿Qué… ¿será juzgado solo aparte?… esa fue otra de las cuestiones planteadas. A todo lo manifestado por los cuatro abogados los jueces pasan a un cuarto intermedio, a lo que mágicamente (como mencioné al principio) resuelven continuar e iniciar el juicio como si fuese todo normal, dejando de lado todas las cuestiones procesales probatorias pendientes… ¿Sólo en la justicia de Santa Fe pasa esto?… Por demás de obvio es que alguien presiona detrás… ¿alguna duda? ¿qué nos espera? ¿cómo confiar en una justicia que demuestra esto? ¿tanta impunidad y nadie puede hacer nada?» preguntó.
«Esa y más cuestiones son las que se me cruzan y me hacen descreer más aún en el sistema judicial de Santa Fe, y mucho mas desconfiar que el futuro de personas inocentes está en manos de gente que lamentablemente puede hacer y deshacer sin que nadie les diga nada».