Qué lindo es encontrar pibes que desde chicos ya saben que son talentosos en algo en particular y comienzan a explotarlo.
Qué bueno que en Coronda tenemos esa clase de personas. Como ciudad costera que es, la inspiración, la imaginación, la creatividad y la espontaneidad son propios de un terruño que también sabe de siestas, guitarras, trasnoches y juntadas.
En este caso un adolescente de 16 años, Dante Josué Oliva, sabe que sus manos tienen el don de poder reflejar imágenes creadas por otros o por él mismo, con tanta precisión como si fuera un escáner gigante. Primero se aprende copiando, mirando, tomando técnicas, luego se inicia el camino más difícil: el de la creación.
Este muchacho que vive con su madre Silvi en cercanías del ferrocarril, en Barrio Norte, sorprendió a la cuadra de Rivadavia al 1100 con una obra que sacó de la ordinariez a una pared y la convirtió en obra de arte tal cual vemos en la portada de esta noticia.
Su propia madre relató: «Comenzó con las pinturas hace aproximadamente 6 meses, sólo como un pasatiempo, sin tener conocimientos ni experiencia pintando. Este es su primer mural y actualmente vende los cuadros (personalizados)». De hecho, aquí mostramos algunos y si los quieren comprar, simplemente deben comunicarse al Facebook de La Silvi Durán.
«Siempre le gustó dibujar. Desde pequeño calcaba dibujos animados, los copiaba y coloreaba. Incluso antes de empezar a pintar hizo un dibujo para el día del padre y desde ahí se notó que se desenvolvia bien» contó orgullosa mamá.
De a poco va disciplinándose. Dante es otro talento joven que despertó en las arenosas calles corondinas y que decidió pintar para inmortalizar sus manos.
Para muestra, les dejamos varias obras de su autoría. Un artista en potencia, convertido en un mecenas que promete mucho para sumarse a la galería de talentosos representantes de la cultura corondina.