El ministro de Seguridad de Santa Fe, Marcelo Sain, renunció a su cargo a pedido del gobernador Omar Perotti. Deja de esta manera una gestión marcada por un incremento de homicidios en toda la provincia, pero principalmente en las ciudades de Rosario y Santa Fe.
Desde que se conoció el último audio enviado por el saliente funcionario, en el que se refería a la fuerza policial de forma denigrante, desacreditando sus capacidades, y haciéndolo extensivo al resto de los santafesinos, los rumores de su alejamiento se hicieron cada vez más fuertes.
Ya en febrero de 2020, a tres meses de asumir, el ministro sorprendió con sus dichos en un canal televisivo nacional (Crónica TV) en los que afirmaba que estaba descansado en Buenos Aires porque si veía a Santa Fe «lo cagaban a tiros«.
De todos modos, más allá de la personalidad socarrona y virulenta de Sain, lo que quedará de su paso por el ministerio de Seguridad es el creciente índice de asesinatos. En su año y medio como funcionario poco pudo hacer por combatir el delito y la inseguridad en una provincia que lo recordará por la falta de políticas en materia de prevención y combate del crimen.
Por caso, en el departamento La Capital los homicidios alcanzan 120 y solo en la ciudad de Rosario 263 entre 2020 y lo que va de 2021.
Su reemplazante sería Jorge Lagna, actual secretario de Gestión Institucional y Social de la Seguridad, quien estaría evaluando el ofrecimiento de Perotti para aceptar o no el cargo.
El audio mencionado, además de las críticas, generó el repudio de la oposición y el pedido de juicio político por mal desempeño de funcionario público e injurias. El jueves 11 de marzo ingresó a la legislatura santafesina impulsado por referentes de Juntos por el Cambio.
Estos cuestionamientos posiblemente contribuyeron a nivel político con la caída de Sain, quien desde que arrancó sumó, además de una mala gestión contra la inseguridad, confrontaciones con distintos sectores siempre a través de Twitter.