Pensar que un familiar pudo haber fallecido, estar con la incertidumbre y no poder encontrarlo es realmente más cruel incluso que el conocimiento de saber que murió.
Sin embargo, hay milagros desparramados como semillas de fe en distintos lugares y aparecen por algún motivo.
Este ha sido el caso de Roque, internado en el hospital de Coronda hace casi 4 meses, fue derivado desde Desvío Arijón, desde ese momento los profesionales del nosocomio buscaban junto al personal de Desarrollo Social de la Comuna de Desvío Arijón restituir su salud, mejorar su calidad de vida y garantizar derechos vulnerados.
El milagro se dio porque la hermana, que vive en Capital Federal, lo encontró y el cara a cara no pudo ser más emotivo luego que una publicación de la enfermera Carla Vilca comenzara a viralizarse.
Esa mujer llamada Elba creía a su hermano fallecido. No había rastros. Según el informe y la investigaciòn de Verónica Taggiasco y María José Bagilet, profesionales del centro asistencial y trabajadoras sociales «podemos decir que se encuentra evolucionando favorablemente y ha mejorado notablemente su estado general. Es de destacar el trabajo de personal de enfermería y servicio social, a través de los cuales hoy se pudo dar el reencuentro con una de sus hermanas a quien no veía desde hace más de 40 años».
La Bioq. Silvina Finochietti, como directora del hospital, contó muy emocionada que «la hermana hoy vive en Capital Federal y hoy llegaron a Coronda a reencontrarse» luego de enterarse de que estaba vivo. «el señor es oriundo de Paraguay, tiene dos hermanos allá y acá en la Argentina tiene esta hermana en Buenos Aires y otro hermano en Chaco que prontamente vendrán a verlo, después lo que se verá es dónde iría Roque a vivir».
Imagínense ustedes: un hombre débil, enfermo, solo completamente. Luego de 4 meses, del cuidado que le prodigaron en el hospital de Coronda, de la humanidad con la que lo envolvieron, posibilita que casi milagrosamente una a una las piezas se vayan reacomodando. La familia que Roque supo tener volvió a aparecer como si hubieran estado en distintas dimensiones.
Hoy Roque ya no está solo. El abrazo interminable con su hermana marca que el círculo se cerró y que dentro de él quedará una familia que tiene mucho por vivir.