Esto no es nuevo pero a veces se puede saber y a su vez informar más. Que personas de mal vivir vestidos de empleados penitenciarios «curren» y tengan quioscos para pasar distintos elementos prohibidos dentro de las unidades.
Lo más usual es drogas y teléfonos. Más allá del delito es que un preso con un celular sigue siendo un delincuente activo, por lo cual no sólo se trata de un delito de tráfico ilegal, sino de posible estrago y puesta en riesgo de muchas personas inocentes.
En este caso agentes de Asuntos Internos (policías que investigan a sus pares), detuvieron a un empleado de apellido Contreras, acusado de haber llevado a cabo al menos diez maniobras ilegales, y ayer fue imputado por la fiscal actuante, en tanto mañana se definirá si quedará detenido con prisión preventiva.
Según Aire de Santa Fe, uno de los diálogos interceptados fue el siguiente: -Ey Chino, son dos celus común y un 25, no me mates jajaja. -5 cada uno y lo otro 2. Te estoy haciendo precio. -5 cada uno o máximo te hago 9. Nueve los dos celus y 2 mil el faso.
La transcripción corresponde a una escucha interceptada entre enero y febrero de este año, en un diálogo mantenido por este suboficial del Servicio Penitenciario, y el familiar de un preso alojado en la cárcel de Las Flores, donde ambos negociaron el paso de dos celulares y un «25» de marihuana.
Nuestro medio ha publicado desde hace años este tipo de situaciones, y las autoridades no se animan a poner fin al uso de teléfonos y notebooks dentro de las unidades con la implementación de sistemas de inhibición efectivas por las consecuencias que podría traer aparejado, al haber «apañado» durante tanto tiempo a los reclusos.
La escucha fue ventilada ayer en una audiencia que tuvo lugar en Tribunales, donde una fiscal de Delitos Complejos imputó al «sujeto de 34 años de edad, haber realizado por lo menos diez maniobras de este tipo entre diciembre y febrero. Todas ellas acreditadas mediante escuchas y tareas de inteligencia realizadas por agentes de Asuntos Internos.
Los delitos endilgados fueron cohecho pasivo, por haber ingresado al pabellón 10 -donde prestaba funciones- celulares, bebidas alcohólicas, artefactos eléctricos y estupefacientes, hechos que para la fiscal se consumaron en forma reiterada y habitual entre el 23 de diciembre y el 8 de febrero.
Se memora que la causa tuvo su inicio durante los últimos días del 2021, y que surgió a raíz de otra investigación donde se detectó cómo un agente del Servicio Penitenciario, efectuaba los ingresos ilegales bajo un precio que él mismo colocaba a los familiares de los internos alojados en el penal sito en la zona Norte de la ciudad de Santa Fe.
Las «transas» culminaron el pasado jueves, cuando un grupo de investigadores ingresó al penal de Las Flores y procedió a requisar a Contreras, y en su poder encontró dosis de estupefacientes.