El 20 de noviembre era un día más en la vida de la familia Lagraña cuando Luna, una cachorrita entonces de sólo 4 meses, de pronto desapareció.
Inquieta, muy amiga de los chicos, traviesa como todo animalito pequeño, salió tal vez a dar una vuelta y esa vuelta se hizo tan larga que duró 5 meses.
Es que ese sábado Luna fue vista en la Estación de Servicio América y a eso de las 5 de la tarde una integrante de la familia salió al rescate, pero al llegar la pichicha ya se había ido.
Obviamente comenzaron las publicaciones. “Pusimos la foto y los datos en Animalitos Coronda, Instagram, en todas las redes sociales y compartimos con todos nuestros allegados para poder encontrarla” contó Antonia.
“Nunca más supimos de ella hasta el viernes 21 de abril cuando mi hija ve que una chica había publicado en Facebook, la chica es Agus Taborda, que se veía a Luna en la Escuela 310, lastimada, nosotros nos dirigimos a ese lugar, la encontramos. El señor Cristian, el portero, la cuidó y pudimos reencontrarnos con ella después de 5 meses y un día”.
No la encontraron de la mejor manera pero la felicidad de volver a tenerla curó todo, incluso para Luna que dentro de su estado, movió la cola como diciendo “Por fin vuelvo a casa”.
“Gracias a Dios la encontramos, la llevamos al veterinario, pudimos hacerla atender de sus patitas, está golpeada, ella va evolucionando, está desnutrida, triste, por lo que pasó en este tiempo. Tiene ya nueve meses. Ahora hacemos todo lo mejor por ella, porque se merece lo mejor, es cariñosa, amorosa” prosigue Antonia todavía conmovida por el reencuentro inesperado.
“Fue una tristeza muy grande cuando se nos fue, estábamos haciendo todo para castrarla y esa fue una de las angustias, que podría haber sido llevada y maltratada como muchos otros animales” y finalmente reconoció que “ella nos reconoce entre su estado, gracias a Agus y al personal de la Escuela 310 que pusieron su granito de arena pudimos reencontrarnos con Luna”.