De aquel hashtag #NoPasaNadaChina de 2019 y 2020 hasta hoy, ha pasado mucha agua bajo el puente o lo que es lo mismo, ha pasado sangre que salva vidas.
Agustina Olivero Finochietti es hoy una adolescente de 14 años que recuperó su vida y su normalidad gracias a su propia voluntad, a la lucha de sus padres, abuelos -corondinos, Sonia Paoloni y Marcos Finochietti- y tantas amistades que recogió ya en sus pocos años de vida. Es que le habían diagnosticado en su momento leucemia linfoblástica aguda tipo T.
En Regatas tuvieron en cuenta en aquel momento lo que vivía la joven y por eso ese mensaje dio vueltas por el universo y lo devolvió en energía para Agus, que hoy ya sabe que quiere estudiar Comunicación Social y que ante las cámaras de Canal Santa Fe se mostró muy fresca, tan fresca como una vida normal puede permitir ser a una adolescente.
Claro, esta calma tuvo su tormenta, y quien también luchó denodadamente para llegar a la cura de su hija fue otra corondina, Julieta Finochietti, quien hace un tiempo nos había contado en la entonces edición impresa, todo lo que la familia tuvo que vivir.
«A Agus en 2019 le diagnosticaron leucemia linfoblástica T, el tratamiento había que abordarlo por el tipo de enfermedad, y en ese momento nos dijeron que iba a trasplante de médula. Nos tuvieron que hacer un estudio a los familiares directos, mi marido y mis hijos y ese estudio dio que Valentino era compatible».
Valentino tiene 6 años, es el hermano menor de Agustina y su sangre y su médula permitieron que hoy la joven sonría todo el tiempo. «Hay un 75% que acude a un banco, por eso es importante que la gente se registre. Porque hay gente que no tiene la suerte de donante compatible directo que tuvimos nosotros. Es muy simple, no se pone en riesgo la vida, es una extracción de sangre y le devuelven la vida a otro» y aclaró que «no hay que viajar, no hay que disponer de tiempo, sólo tres horas para darle vida a otro. Es buena voluntad, no sólo milagro».
Agustina fue muy clara… «Él es el que me dio la vida, tengo un pedacito de él adentro. Ahora estoy impecable, de diez» se ríe junto a mamá y su hermanito, su héroe: «Salió todo muy bien, no tengo mucho más que hacer más que controles de sangre. Vida normal, completamente» y como una verdadera difusora de la utilidad que tiene donar sangre y médula, dijo en la tele que «donar es muy fácil, hay dos métodos, los dos son seguros por lo tanto no corre riesgo nadie. No es sacarse un órgano… El que se hizo mi hermano era de unas inyecciones para avivar la médula y que salgan células madres. Son tres horas para un adulto, dos días fueron para él, son vías especiales para chicos. Fue a quirófano, estaba dormido. Te sacan la sangre y te la devuelven. Fue como una transfusión, rápida». Y el propio chiquito asintió que no soportó dolor y que todo fue muy tranquilo, con 4 años semejante temple…
Pero qué es la leucemia linfoblástica aguda… Es el tipo de cáncer más común durante la niñez. Ocurre cuando una célula de la médula ósea presenta errores en su ADN. Los síntomas incluyen agrandamiento de los nódulos linfáticos, moretones, fiebre, dolor en los huesos, infecciones frecuentes y sangrado de las encías. El tratamiento puede incluir quimioterapia, trasplante o fármacos de liberación localizada que destruyen las células cancerosas.
Por eso, el mejor resumen de todo lo que vivió esta familia residente en Funes con componentes corondinos, lo hizo Agustina: «Él es el que me dio la vida, tengo un pedacito de él adentro». Si con 4 años Valentino pudo, es hora de que haya más donaciones de sangre y médula para que otros, familiares o no, puedan seguir viviendo.
¿Amor de hermanos? Pregúntenle a Agustina y Valentino.