Un preso fue encontrado ahorcado anoche en la jaula del pabellón 8. Según trascendió extraoficialmente, el recluso estaba colgado en el sector de resguardo que se ubica entre el ingreso a ese pabellón y la guardia.
Se trata de Sebastián Eduardo Aguirre, de 33 años de edad, oriundo de Rosario. Lo pudieron bajar, fue derivado de inmediato al Nuevo Hospital de Coronda, intentaron reanimarlo pero falleció a las 20.40 horas. La causa quedó bajo investigación.
Se trataba de un integrante de la banda de Los Gorditos que el miércoles a la tarde firmó un acuerdo abreviado en el que aceptaba siete años de prisión por distintos delitos, se suicidó horas después en una celda de seguridad de la cárcel de Coronda, mientras esperaba para ser reubicado. Se trata de Sebastián Eduardo Aguirre, quien se ahorcó con una remera ante la mirada de un agente penitenciario que afirmó haber intentado evitar que el recluso de 33 años se quitara la vida.
Aguirre había aceptado el miércoles una pena de cuatro años de cárcel como integrante de la asociación ilícita comandada por quien fuera su cuñado, Brandon Bay, sindicado líder de la banda de Los Gorditos surgida ocho años atrás en el complejo de viviendas conocido como Fuerte Apache, en el sur rosarino. Sindicado como “interlocutor frecuente” del jefe de la organización, Aguirre estaba apuntado como quien coordinaba desde la cárcel ataques a tiros en las calles.
El hombre de 33 años había sido detenido en diciembre de 2019 tras la balacera a una casa de Spiro al 300 bis y luego de que Bay obtuviera del dueño de la casa 200 mil pesos que según la pesquisa pasó a cobrar su hermana Aldana. También había sido condenado por otros delitos como robo calificado, portación ilegal de armas y resistencia a la autoridad. Por ello, el acuerdo que aceptó el miércoles fijaba una nueva pena unificada en siete años.
El procedimiento abreviado se formalizó en una audiencia en el Centro de Justicia Penal de Rosario, a la cual Aguirre asistió a través de la plataforma Zoom desde la cárcel de Coronda. Celebrado el acuerdo, fue llevado hasta una jaula de seguridad donde quedó a la espera de ser reubicado.
Sobre las 20.15 del miércoles, el celador del pabellón 8 que se encontraba de guardia comunicó que había visto a Aguirre en lo que definió como “una actitud sospechosa” ya que “intentaba atentar contra su integridad física mediante el ahorcamiento”. Por ese motivo, agregó, le ordenó “reiteradas veces que cesara en su actitud, orden a la cual hizo caso omiso”. Según el parte del agente penitenciario, al notar que el recluso se ahorcaba accionó la alarma.
Cuando los penitenciarios ingresaron a la jaula en cuestión encontraron a Aguirre colgado con una remera alrededor de su cuello. El interno fue llevado al servicio sanitario de la cárcel aún con vida y alcanzó a ser llevado al hospital de Coronda, donde se lo declaró muerto a las 20.38.