Luego de lo que fuera el allanamiento en la Brigada Operativa Departamental de Drogas que funciona en la Jefatura de Coronda y en la Jefatura de Esperanza, fueron detenidos dos policías acusados en primera instancia de “malversación de caudales públicos en calidad de coautores, en concurso real con el delito de encubrimiento triplemente agravado, por ser el hecho precedente un delito especialmente grave, por actuar con ánimo de lucro y por ser funcionarios públicos, en calidad de coautores, ambas figuras en concurso ideal con el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público, en calidad de autores”.
Esa calificación penal provisoria se establece en base a tres antecedentes que dieron inicio a la investigación de parte de la Justicia Federal: un allanamiento a un narco de Esperanza, una batida desde la oficina en Coronda y casi casualmente, una denuncia por violencia de género que hizo que la mujer del narco entregara todo tipo de elementos de su pareja y lo deje en evidencia sobre sus acciones ilegales.
Este martes por la mañana tuvo lugar en los Tribunales Federales de la ciudad de Santa Fe, la audiencia indagatoria contra M.J.C., de Laguna Paiva, suboficial del área de Drogas que recientemente había sido pasado a disponibilidad y de L.G.N., de Coronda, jefe de la división antinarcóticos de la AIC en la ciudad de Esperanza.
Periódico Corondino pudo saber que ante el magistrado Dr. Reinaldo Rodríguez, el primero se negó a declarar mientras que el oficial corondino sólo remarcó y cuestionó fechas en su defensa y no contestó las preguntas del fiscal federal Dr. Gustavo Onel, a cargo de la investigación desde mayo. Habría aducido que en las fechas donde se menciona un contacto con narcos, este policía habría estado de viaje.
Pero el inicio de todo se dio el 14 de junio, cuando una denuncia anónima llegó al Organismo de Investigaciones del Ministerio Público de la Acusación de la provincia. Eran videos que intentaban demostrar el nexo de colaboración entre los uniformados detenidos y un reconocido narco de la zona de Esperanza. En esas imágenes se observa, según contó el colega de El Litoral Joaquín Fidalgo, “se observa al narco -que aparentemente era quien «bajaba» la droga y luego la distribuía en el norte provincial- descendiendo de un vehículo oficial asignado a la fuerza antidrogas de Esperanza. También se observa un bolso con una cuantiosa suma de dinero. Es que en la denuncia se hizo saber que los uniformados cobraban 500 mil pesos mensuales para garantizar la impunidad del traficante”.
Eso abrió una investigación profunda de parte del Juzgado Federal 1, mientras que a esto se sumó un detalle, casi fortuito, más: la policía atendió un llamado por presunta violencia de género en Castelli al 4300, en Barrio Los Hornos de la ciudad de Santa Fe debido a una discusión de pareja.
“Los uniformados entrevistaron a una mujer que les manifestó que momentos antes su pareja la lesionó y amenazó y luego se marchó de la casa”, indicó el periodista Gabriel Muller de El Esperancino. Luego les permitió el ingreso al domicilio, haciendo entrega nada más y nada menos que de una pistola, un fusil, alrededor de 500 proyectiles y dos miras telescópicas. También les dijo que su pareja se dedicaba a vender drogas. Los policías incautaron entonces dos balanzas, cocaína, marihuana y dinero en efectivo.
Como tercer elemento, el allanamiento en Coronda se produjo porque se sospechaba de un tercer personal infiel, cosa que finalmente no se constató, pero en el peritaje encontraron 5 bochas de cocaína que no tenían que ver con ningún secuestro hecho por la fuerza y no sólo eso, desde este lugar le habrían advertido al narcotraficante que tenía su teléfono pinchado para evitar que lo descubriesen.
Por todo lo expuesto, para el fiscal Onel, «se encuentra acreditado con grado de sospecha suficiente (…) que M.J.C. y L.G.N. (…) habrían llevado a cabo distintas acciones en perjuicio de la administración pública».
En la audiencia, el abogado remarcó de acuerdo con la postura de la fiscalía, que «al menos en el período señalado anteriormente (desde el 24 de febrero hasta el 28 del mismo mes) ambos en carácter de funcionarios públicos, habrían tomado parte, como coautores, en la ayuda brindada» al presunto narco para «mantenerse al margen de la ley, en relación con un delito especialmente grave y con ánimo de lucro, al haber mantenido contactos personales inadmisibles legalmente, de manera directa o indirecta, por sí o por interpósita persona; igualmente, durante ese período al menos, habrían incumplido los mandatos legales que les obligaban a poner el hecho encubierto en conocimiento de la autoridad competente», aseguró el fiscal.
Lo que todavía no se sabe es quién manejaba el móvil policial de la oficina anti drogas el día del contacto con el narco. De todos modos por el momento trascendió que ambos policías continuarían detenidos hasta resolver el próximo paso.