Esta semana desde el Instituto Autárquico Provincial de Industrias Penitenciarias distribuían los 12.000 panes dulces que elaboraron en el taller de panadería de la institución.
Entre este lunes y el miércoles eran distribuidos entre el personal penitenciario, del mismo IAPIP, se les daba a internos, se entregaba a Desarrollo Social y a Justicia Penal Juvenil.
Al respecto, Claudio Marino, director provincial del IAPIP, explicó: «Es una época propicia para hacerlo, igual que el año pasado o en 2018 que se hicieron 4000 y en épocas anteriores, cuando yo trabajaba acá llegamos hasta 120 mil. Compramos las maquinarias, el gobierno ayudó mucho y facilita trabajar en serie. Se hicieron 3000 panes dulces en 2 horas y media. Eso llevaba antes 7 horas de trabajo».
Marino cumplió un año al frente de la entidad, el jueves 17. «Fue un año de gestión y me siento muy orgulloso, lo hablo y lo digo permanentemente, esto funciona porque se hizo un gran equipo de trabajo, desde las gerencias, hasta los internos. Se fue trabajando, hablando, hay un compromiso enorme del personal, se hicieron muchas obras, la refacción integral del local de Coronda, que se llovía y rajaban las paredes, revoque exterior, cartelería. En Santa Fe también se hizo, terminamos un piso hecho por nosotros, se sacó el cielorraso, se pusieron baldosas de pvc, se rectificó el piso, la instalación eléctrica nueva, en Rosario se llovía bastante, hubo refacciones, todo esto lo hicimos en los locales con mano de obra del personal. Y en algunos lugares con internos».
Justamente, los reclusos volvieron a sus tareas «hace dos meses» y por ello «avanzamos mucho con las obras». Contrariamente a la importante labor de estos internos, Marino habló de la destrucción generada el 23 de marzo en los talleres del Instituto. «Después del motín se hizo una recorrida con el estado de las instalaciones, se hará de nuevo pero mostrando lo que pasó hace 9 meses, ahora se modificó y cambió mucho, lo primero que hicimos fue trabajar sobre reforzar los ingresos, para evitar que nos entren, con la parte eléctrica que se habían derretido los cables, lo hago como si fuese para mi casa. Reparamos techos, ya que el interno de hoy tira todo: medias, ropa, bolsitas, tapaba las canaletas y se hacían piletas, hicimos salidas a cielo abierto, con chapas galvanizadas y vuelo, el agua y todo lo que hay dentro del techo cae y se evitan las filtraciones desde ahora».
En cuanto a la labor con instituciones de la ciudad, el funcionario recalcó: «Hemos trabajado y colaborado con instituciones: hospital, bomberos, policía, escuelas, reparamos pizarrones, donamos barbijos, delantales, cofias, hemos trabajado para un hogar de niños de la localidad, con los merenderos que están retirando el pan los fines de semana, con el municipio, el disco de arrastre lo agarró el tren pero toda la limpieza de la costa se hizo con el disco de Iapip. Escuelas a las que dimos bandejas sanitizantes, prototipos de rociadores».
Marino se consideró «conforme con la temporada, uno tenía planificado otro año. La pandemia nos cambió el rumbo. Hasta hoy nos tenemos que adecuar permanentemente, no hace mucho la parte administrativa no tenía una sola persona trabajando, estaban todos contagiados o aislados. Entonces todos los días es una jornada nueva, hay que afrontar e improvisar cuando haga falta».
Por último, el dirigente corondino manifestó: «Les deseo una Feliz Navidad, Próspero Año Nuevo, que 2021 sea mejor que este y un agradecimiento para el personal, uno dirige el barco pero los que llevan adelante las cosas son ellos».
Además, la idea es que IAPIP se convierta en proveedor de distintos elementos, del Estado, lo que implicará dos objetivos cumplidos: ahorro en la política gubernamental manteniendo calidad y la autarquía cumplida al pie de la letra en el instituto, lo que permitirá mejoras constantes, obras, servicios y más talleres.