El pasado viernes comenzó a funcionar oficialmente el Consejo de la Niñez desde la Municipalidad y la Senaf.
Está a cargo de la Lic. en Trabajo Social Cindi Fogliati y de la Lic. Virginia Marioni, con participación de concejales.
Pero, la herramienta más importante es la actuación que les cabe a los alumnos de quinto grado de todas las escuelas del distrito, en lo que es la conformación del Consejo de Niños como tal.
Según explicó la Secretaria de Desarrollo Social del Municipio, «la elección de los consejeros, se dio con la votación en cada quinto grado donde se postulaban los alumnos, y entre ellos hubo votaciones» y aclaró que «participaron todas las escuelas del distrito, garantizamos que puedan concurrir con movilidad» sostuvo Fogliati.
El basamento de esta convocatoria lo tomamos del psicopedagogo Francesco Tonucci. «Él habla de Ciudad de los Niños. Debate y las políticas públicas, debe darse de acuerdo con la ciudad que los niños quieren. Si una ciudad era buena y amigable para los niños lo sería para todos. Pues entonces hay que mirar el mundo… con ojos de niños» finalizó la funcionaria.
FRANCESCO TONUCCI
Francesco Tonucci se autodefine como niñólogo. Y aunque es un reconocido pensador, psicopedagogo y dibujante italiano, antes que todo eso se siente ciudadano común, padre de Stefano, Francesca y Simone, y disfruta el honor de ser abuelo de Federico y Nina. Celebra que él aún es capaz de jugar y es ese un momento donde la libertad se expresa.
La declaración de la pandemia por el coronavirus y las medidas de confinamiento lo encuentran solo en su casa, ya sin María, su compañera por más de 50 años. Ha superado los dos meses sin ver a su familia personalmente y declara sufrir muchísimo por ello.
A medida que pasaban los días y acontecían los efectos, se tomaban decisiones en los diferentes estados del mundo en torno a la educación. El resultado: los estudiantes de todos los niveles se quedaban en casa, mientras se diseñaban estrategias para que las clases continuaran bajo este nuevo escenario.
La maquinaria educativa se puso en marcha, esa misma sobre la que Tonucci y su personaje «Frato» alertaran hace más de 50 años, esa que presentaba falencias. Ahora la maquinaria buscaba con premura llevar “normalidad” en la crisis. Cientos de estrategias docentes ingresaron a los hogares a la vez que debían lidiar con la inmensa complejidad, ahora que esos estudiantes ya no estaban entre los muros de las escuelas.
Fue entonces que Francesco Tonucci llamó nuevamente a la reflexión, a entender este tiempo como una oportunidad, y los especialistas empezaron a escucharlo. “Si el virus lo cambió todo, la escuela no puede pretender seguir igual, ya antes no funcionaba… no perdamos este tiempo precioso dando deberes”, enunció. Y para acompañar elaboró la propuesta de convertir las casas en un laboratorio.
Al conversar en exclusiva con El Diario de la República en referencia a un tiempo de oportunidades, dijo: “Las reflexiones que hago en estos días están todas en el pensar que sería una pena grave no aprovechar esta crisis. La estamos sufriendo y espero que el sufrimiento tenga un sentido para no volver a hacer lo que se hacía antes, lo que no funcionaba antes… ¿Es verdad que queremos cambiar? Todo está allí, tenemos que reflexionar en nosotros mismos”.
CON OJOS DE NIÑO
“Cuando empezó esta tragedia, lo primero que hicimos desde el Proyecto la Ciudad de los Niños fue llamar a nuestros alcaldes y pedir que convocaran a los Consejos de Niños, ¿por qué?, porque en este momento todos los medios se preocupaban de consultar psicólogos que pudieran dar consejos a los padres, y los pedagogos para dar consejos a los maestros y nadie pensó en consultar a los niños, de cómo lo veían ellos, cómo la estaban pasando, qué estaban viviendo, y empezamos a recoger propuestas y opiniones de los niños”, describe un entusiasmado Francesco.