La pandemia no terminó ni mucho menos. Sí es verdad que hay un afloje producto de la tremenda tensión social que se vivió sobre todo entre marzo y octubre de 2020 y en una porción de este año también.
La campaña de vacunación ayudó muchísimo a bajar la cantidad de contagiados, y entre los afectados, a que los efectos del coronavirus no sean letales ni dejen tantas secuelas.
En su momento se habló de la variante delta y afortunadamente en nuestro país y nuestra región no causó el daño que se esperaba. Ahora se informa sobre la cepa ómicron y el alerta surgió nuevamente pero con otro contexto más relajado que cuando la delta empezó a ser noticia.
Está claro que el cansancio de la población de mantener restricciones, las consecuencias económicas han hecho que ahora que está todo habilitado, quizás empiece a reinar cierta confianza de «ya está».
Sin embargo, hay gente que todavía no se vacunó totalmente o directamente ni siquiera se aplicó una dosis y por eso, algunas medidas de cuidado hay que mantener.
Varios comerciantes nos mencionaron que ya está siendo más habitual que la gente quiera ingresar sin tapabocas a los negocios. Ante esto, el Secretario de Gobierno de la Municipalidad, Prof. José L. Bianchi recordó que «el rociador al entrar a los comercios, y el tapabocas siguen plenamente vigentes, ahora no se toma más temperatura ni se arma un listado de los asistentes, y el aforo que se permite es al 100% pero no hay que descuidarse» indicó.
Por eso, la recomendación de seguir asistiendo a lugares cerrados, como son los comercios, con barbijos o tapabocas no es antojadizo y es una medida de prevención que no debe dejarse de usar al menos todavía. También es verdad que el primer filtro son los mismos comerciantes que deben intensificar los avisos en sus locales para que la gente no deje de ingresar sin cubrirse su rostro porque puede pasar que para no perder un cliente, el que atiende no diga nada, pero esto no debe masificarse.
El coronavirus no desapareció de nuestras vidas, Coronda tiene hoy cero casos porque le dieron el alta al que estaba contagiado, pero si bien son dos en dos meses, el mal sigue dando vueltas y no cuesta nada de parte de los clientes y de los comerciantes, mantener este sentido común de respeto a los demás y a sí mismos.