Cuando se pierden los códigos, es cuando se notan más los retrocesos en las comunidades. Antes, era impensado que alguien de Coronda le robe a un vecino de su propio barrio. Códigos. Anteriormente, en la cárcel las mujeres y pertenencias de otros presos, eran intocables para los demás internos. Códigos. Arruinar un monumento, romper bancos y asadores, jamás… eso se respetaba. No te asaltaban en la calle, los ladrones entraban a tu casa cuando no estabas… No robaban en las escuelas, los clubes, ni los templos… Ahora pasa. Se perdieron los códigos en muchos casos porque la droga ha roto con la lógica y la sensatez mínima que los amigos de lo ajeno tenían.
Por cada gramo que se secuestran, cientos se consumen. Es una realidad muy corondina y los pibes están cada vez más amenazados aunque crean que es una gracia y una maravilla drogarse.
Hace poco fue La Pepita, hubo escuelas que sufrieron hurtos, se rompieron elementos de turismo de la Municipalidad y la comunidad. Y ahora, esto:
El cura párroco de Coronda, Presb. Sergio Javier Capoccetti, se mostró indignado y lamentó un doble acto de vandalismo que sufrió el templo de calle San Jerónimo al 1100.
Según el sacerdote explicó «quiero comentarles que el viernes pasado alguien entró en el templo parroquial y arrancó uno de los parlantes que están instalados para sonorizar la Santa Misa. También el domingo realizaron unas inscripciones en aerosol negro en una de las paredes de la casa con una calumnia hacia una señora y el sacerdote. Es lamentable e inédita esta situación» ante lo cual agregó que «hay dos soluciones a estas actitudes. La primera, cerramos el templo y la segunda instalamos cámaras de seguridad. Por ahora vamos a cerrar el templo en los momentos que no esté alguna persona presente controlando. Esto nos habla de un retroceso grande para la ciudad, y especialmente para los católicos. No podemos aceptar que los inadaptados dominen».
Luego, Capoccetti subrayó que «con pintura tapamos las injurias, y cuando tengamos el dinero compramos el parlante, pero hemos perdido el orgullo de poder decir que nadie roba en el templo, y que la seguridad en nuestra comunidad es una dicha que disfrutamos» se quejó.
Más adelante, el cura manifestó que «no puedo, ni debo decir, que la Policía no cuida, el personal policial no puede estar en cada cuadra o en cada institución. Pero creo que sería positiva la colocación de alguna cámara de vigilancia para esta cuadra. Desde la Parroquia estamos ya haciendo consultas para las cámaras internas. Sabemos que es un costo importante» y advirtió que «no quiero cerrar el templo».