Es bien sabido que las fuerzas de seguridad no pueden hacer quejas mediáticas ni públicas. Esto va tanto para la policía como para el Servicio Penitenciario.
Muchas veces los medios de comunicación somos los que nos transformamos en voceros de quienes no pueden dar a conocer públicamente algo, que concierne a su trabajo.
En esta oportunidad hay dos cuestiones que un buen número de empleados -sobre todo de la Unidad 11 de Piñero donde trabajan muchos corondinos- solicitaron por escrito y de manera conjunta a las autoridades del Servicio Penitenciario para que atiendan un reclamo que hace a la pandemia.
Por un lado, la cantidad de «horas extras» que viene teniendo la guardia armada, la falta de descanso con los recargos existentes, que si bien son rentados, merman las energías del personal actuante teniendo en cuenta que hay personal que está licenciado por ser de riesgo, otros aislados y algunos contagiados con coronavirus.
Pero no solamente pasa eso: además por lo menos se ha sacado una frecuencia, un horario de la empresa Laguna Paiva, que es la que traslada al personal penitenciario a lo largo de la provincia, y esto conlleva a que con menos vehículos, los empleados que siguen siendo los mismos en cantidad, deben ubicarse dentro de las unidades sin distanciamiento y hasta en algunas ocasiones con agentes parados. Esto de ser así genera un importante riesgo sanitario.
Lo que solicitan los trabajadores es que se analicen las dos situaciones: recargos y horarios de colectivos, para que la seguridad sanitaria también se pueda mantener con eficacia.