Una vez más la Iglesia corondina puso en práctica una actividad de aprendizaje, diversión y unidad familiar como es el desfile de santos que tuvo lugar el domingo en dos turnos, conmemorando el Día de todos los Santos y saliendo al cruce a tradiciones paganas también.
En Coronda, en el marco de la Fiesta de la Familia que no se hizo al aire libre por el clima reinante, el cura explicó que “se hizo un desfile de santos, es como una obra de teatro que se realiza donde los chicos representan a los santos, amigos de Dios y de los hombres, que fueron fieles y perseveraron hasta la muerte por Cristo”.
“Se hizo a las 10 del domingo, con todas las familias que participaron. Describieron a las representaciones, qué santo era y qué habían hecho y la gente los aplaudía” y luego “por la tarde hicieron la segunda actuación tras la misa central. Se los bendijo, desfilaron en el medio del templo. Al mirar los santos miramos modelos de personas, de amor al prójimo y a Jesús” explicó Ríos.
Además, el sacerdote contó que esta misma actividad se aplicó en la residencia La Fazenda da Esperanza, en Providencia, Las Colonias. “Es un centro de lucha contra las adicciones para mujeres de cualquier edad, clase social, que tengan adicción a la heroína, la cocaína, sustancias neurotóxicas, la marihuana, fuimos, hicimos la misma representación con las chicas, con mucha alegría, con cantos, con rezos, eso ayuda mucho a lo que estamos haciendo allí, es bueno que se conozca y lo agradezco” finalizó el joven cura.
Valga destacar que la fecha tiene origen en la religión cristiana: hace 1300 años que la iglesia decide recordar entre el 1 y 2 de noviembre a los seres queridos que ya no están entre nosotros encomendándolos a los santos, nexos entre los hombres y Dios. El impulsor fue el Papa Gregorio III (731-741), quien hizo un homenaje a todos los santos en la Basílica de San Pedro. Sin embargo, la primera celebración de un homenaje a todos los Santos se dio en Antioquia, en un domingo previo a las fiestas de Pentecostés, la festividad religiosa que se celebra 50 días después de Pascua. También hay otro homenaje registrado en el sermón de San Efrén el Sirio que data del año 373, aunque sólo estaba dedicado a los mártires y a San Juan Bautista.